El reglamentarismo de la prostitución es un modelo teórico jurídico que considera que la prostitución es necesaria socialmente y debe ser controlada por el Estado. El reglamentarismo utiliza un sistema de control sanitario y policial, que es ejercido únicamente sobre las prostitutas y no sobre los clientes consumidores, con el objetivo de prevenir contagios masivos de enfermedades venéreas.[1] La prostitución es permitida en ciertas zonas delimitadas.[2]
El reglamentarismo sostiene la despenalización del trabajo sexual.
Referencias



